Llevo varios días pensando sobre cómo escribir acerca de este libro sin entrar en cursilerías ya que me encantó y, como a muchos,
marcó un antes y un después en mi vida.
Es de las pocas obras sobre las que he conocido primero su película así que cuando me enteré de que estaba basada en una novela escrita en
1973 por William Goldman fue una prioridad para mí el poder leerla, evidentemente la obra me gustó mucho más que la película.
Buttercup vive en una granja de Florin. Trabaja para ella Westley que es el encargado de las caballerizas.
Disfruta metiéndose con él y encargando tareas a las que sólo responde con dos palabras… como desees. Con el tiempo se da cuenta del
significado de estas y de que ella también está enamorada.
Westley se marcha a hacer fortuna para poder casarse con ella, promete volver, pero su barco es atacado por el temible pirata Roberts que es
famoso por no hacer prisioneros. Creyendo que Westley ha muerto, Buttercup acepta casarse con el príncipe Humperdinck heredero del trono de Florin.
El día de su enlace es secuestrada... y hasta ahí puedo contar.
Si todavía no conocéis la obra sabed que cuando en alguna camisesta leéis: “Hola, soy Íñigo Montoya. Tu mataste a mi padre, prepárate a morir”
pertenece a una de las frases ya míticas de este libro.